Alka Kirisaki

Breve historia del personaje:
Ya desde la infancia, Alka demostró tener un talento natural para el combate. Al ser la hija de un destacado general, se le abrieron muchas puertas… Pero ella las rechazó todas para seguir la senda de la espada. Alka fue entrenada por los mejores asesinos, siendo su padre el mejor de todos ellos, y no tardaría en recibir su primera misión a la edad de 16 años. La tarea que le encomendaron era tremendamente sencilla: asesinar a un oficial de baja categoría.

Cuando se estaba infiltrando en el campamento enemigo para cumplir con su deber, Alka se encontró con una oportunidad demasiado jugosa como para desaprovecharla: la llegada de un general enemigo de alta categoria. Lo siguió hasta su tienda, se deshizo silenciosamente de sus guardias y le rebanó la garganta. Alka desapareció en la noche, satisfecha con su impresionante asesinato. Su euforia desaparecería al día siguiente, cuando su objetivo original, el oficial, lideró a sus fuerzas en una emboscada a soldados de su bando desprevenidos. Aunque los los suyos lucharon con valentía, sufrieron muchas bajas. Furiosa por su error, Alka fue a completar su misión original. Regresó al campamento y espió a su objetivo, el cual estaba ahora muy bien protegido. Ya no sería posible llevar a cabo una muerte sigilosa. Alka desenvainó sus espadas y juró que el oficial moriría a cualquier precio. Saltó al combate, liberando un auténtico torbellino de acero. Uno a uno, los guardias caían entre los destellos de las espadas. Con cada golpe, Alka estaba un paso más cerca del oficial. El lanzamiento final de una daga le restauraría su honor, que al lanzar con una determinación asesina despertó su habilidad elemental, una energía de viento cortante rodeó aquella daga atravesó todo a su paso hasta clavarse en su objetivo, justo en el punto vital del cuello. Llena de sangre y moratones, Alka consiguió escapar por un pelo de las fuerzas enemigas para regresar a su hogar totalmente cambiada. La cicatriz que le quedó de esa noche le sirve como recordatorio permanente de que no debe dejar nunca que la pasión interfiera con su deber.

“Nunca cuestiones mi lealtad. Nunca sabrás lo que debo soportar por ella”.

Después de esa misión decidió entrar en la academia de asesinos para desarrollar la habilidad que había descubierto ese día.

¿Por qué quiere volverse un asesino?
Corre por sus venas