Habitación 6

Después de perderme un largo rato, logro dar con lo que creo que es mi dormitorio. Recordé las palabras de aquella chica: "Tres estrellas". Sólo al ver dicho número de estrellas en el corredor, me sentí finalmente ubicada.

- Espero que a esto se refiera.. - Dije poniendo mi mano derecha en la perilla de la habitación con mi número favorito. Luego, levanté la otra mano para tocar la puerta.

(Total, no veo nombres anotados en alguna parte)

Toqué. Nadie respondió. Probé girando la perilla y únicamente me encontré con una habitación vacía y oscura. Prendí la luz y observé que no habían otras cosas más que los muebles, sencillos y suficientes como para cubrir las necesidades básicas de los estudiantes, así como para brindar un poco de comodidad. Ideal, para mi gusto.

Dejé mis cosas a un lado y recosté mi espalda y cabeza sobre la cama, mientras mis pies quedaban apoyados en el piso de la habitación. Mis brazos, extendidos uno en cada extremo de mi cuerpo.

Giré mi rostro hacia la derecha.

- Se siente bien...creí que estaría dura. También tiene ropero y un pequeño escritorio. Con eso me basta. Aunque.. ni revisé ...el ..baño... -

Mi voz se fue apagando poco a poco mientras terminaba de hablar, hasta caer en un profundo sueño. Había olvidado cerrar la puerta de mi habitación.

Caminaba por el pasillo aún ensordecido, tenso y con sueño, seguramente tenía ojeras. Seguía mi camino tallandome los ojos cuando escuché ronquidos vi la puerta abierta de una habitación en la cual podía divisar a una linda chica dormir, con una postura no muy buena para descansar, por lo que me detuve a observarla unos momentos. No sabía si despertarla, cerrar la puerta o simplemente irme, creo que le jugaré una travesura.

- Que despistada.. - Susurré

Sonreí levemente y me recargue en el marco de la puerta tratando de hacer ruido innecesario para ver si despertaba, mientras la miraba con ojos de intriga, seriedad, la boca medio abierta y cruzando mis brazos.

Me encontraba débil. No había comido en todo el día y la cama en la que dormía era la más cómoda de los últimos meses. Sentía una ligera brisa pasar sobre mi cuerpo, proveniente de la puerta abierta. Mi cuerpo temblaba, pero se rehusaba a despertar.

Un desconocido se para en la puerta haciendo ruido. Comienzo a despertarme, mientras mis cejas se fruncen y hago una mueca de molestia. Mis ojos se abren lentamente y dirijo la mirada hacia la procedencia del ruido anterior.

- ¿Acaso eres un pervertido? -

Incorporo mi cuerpo para quedar sentada y cierro mis piernas, al notar que las había tenido abiertas todo el tiempo. Me ruborizo y le miro avergonzada.

(Desde cuándo habrá estado este tipo parado ahí?!) - ¿Có-cómo..entraste aquí? -

La observé despertarse gracias al ruido que provoque, parecía que la había molestado pues se notaba en su cara. Tosí al escucharla llamarme pervertido, me tape la boca y perdí la postura.

-¿Pervertido? No.. - Me parcate de que se percato de que había estado con las piernas abiertas y al ver su rubor, creo que tambien me ruborize, estaba en un situación incomoda.

Suspire y recobre la postura parandome derecho y mirandola con mi mirada de siempre, un poco embobado, no sabía que hacer ni que decir, así que me comporte de la manera mas normal posible.

- Estaba la puerta abierta y parecía buena idea despertarte.

Le miro fijamente unos segundos.

- Ahh..ya veo. Que tonta. -

Me suelto el cabello para peinarlo un poco y arreglo mis ropas. Me paro y termino por acomodar la cama. Luego, me giro a verle con naturalidad.

- Y..¿cuánto tiempo piensas seguir ahí parado? En verdad has de ser un pervertido. -

Mis rostro permanece tranquilo como usualmente es, a pesar de que hace unos minutos se había enrojecido.

Me paro frente a él.

- ¿Quién eres y de qué habitación vienes? -

Me cruce de brazos y la miré analizandola, dando unos pasos hacía atrás fuera de la habitación.

- Soy de la habitación del fondo del pasillo, es fácil de reconocer, esta mucho menos cuidada que esta, pero es muy confortable.

Me rasque el cabello debajo del gorro cerrando los ojos y luego bostece tapandome la boca con la mano izquierda. Dejé unos segundos de silencio en los que me relajé y volví a ser igual de serio que siempre.

- Puedes llamarme Stuh. Supongo que estas aquí para ser aprender a ser una asesina, dime ¿Cómo debería de llamarte?

- Bien, ahora se a dónde no acercarme.. -

Le dirijo una leve sonrisa, que se pierde luego de que mi estómago gruñiera en pleno momento. Guardo silencio unos segundos y prosigo como si nada.

- Stuh.. -

Me acerco a mis pertenencias buscando algo de dinero y luego me acerco más a la puerta donde él se encuentra.

- Puedes decirme Fuu -

Memorias de mi madre llamándome así inundan mi mente. Sacudo mi cabeza en un intento de olvidarlas y pongo mi mano en su hombro.

- Ahora bien, Stuh. Si me permites, iré a comer algo. Sucede que tengo algo de hambre. Tú debes saber.... -

Mis ojos se entrecierran mientras lo miro con esperanza de que así sea.

Parecía haber tenido una vida difícil, que hasta el momento aún le afectaba, sus razones para ser una asesina se me aclaraban. Al momento de que pusó su mano en mi hombro, miré su mano solo con la mirada un poco molesto, pero sin notarseme mucho.

- Creo que no he comido desde ayer.

La miré con comprensión y luego le dedique una leve sonrisa empática.

- Me vendría bien tambien comer algo, ¿Sabes de algún buen lugar? Puedo acompañrte si me lo permites, Srta. Fuu.

Noto su molestia al tocarle el hombro, así que le doy un par de palmaditas sin quitársela de encima.

- Precisamente, me preguntaba si tú sabías de algún lugar cercano. Este instituto debería tener una cafetería o algo parecido... -

Cierro la puerta.

- ..podemos buscarla para no ir tan lejos. Te ves un poco cansado. -

- ¿Cansado? No lo se, siempre estoy de la misma manera.

Asentí a su pregunta sobre la cafetería y di unos pasos atrás nuevamente para dejarla caminar por el pasillo primero y luego ir yo en su seguimiento.

- Vamos en busca de comida entonces, la cafetería debería estar por aquí.

- Um, ok. Recuerdo haber visto la cafetería camino al dormitorio. -

Me giro dándole la espalda.

- El primero que postee llegue, recibe comida gratis del otro como su patrocinador. -

Me echo a correr.

- Corre que tengo hambre, Stuh! -

Por supuesto, la proposición de obtener comida grátis era jugosa y tentadora, por lo que dejé correr a la srta. Fuu para que me perdiera de vista. En ese momento abrí la ventana y salté por ella; al saltar, utilizé la teletransportación para llegar sano y salvo al piso sin ningun rasguño.

Inmediatamente busqué el mapa del lugar y al encontrarlo, ubiqué la cafetería, luego de ello, rápidamente me dirijí a ella a base de teletransportaciones.

Regresé a mi habitación. Había estado pensando todo el camino sobre aquél encuentro y de cómo habían terminado las cosas.

Tomé una ducha  y me acosté en la cama, habiéndome asegurado antes de haber cerrado la puerta de mi habitación.

(Quizás..haya hecho yo un amigo?..Es una sensación...muy..cálida. Pero..será esto..bueno....?)

Y con este último pensamiento, caí en un profundo sueño.

Despierto con mucho trabajo, luego de dar muchas vueltas en la cama pretendiendo seguir dormida. Me levanto con las greñas en la cara y voy directo al baño a ducharme.

Ya lista, tomé unas cosas y salí de mi habitación.

- ¿Acaso no dan clases en esta academia? -

Cierro la puerta de mi habitación, cuando escucho el comunicado acerca de una fiesta de iniciación que se llevaría a cabo ese fin de semana.

- Um.. me pregunto si habrá mucha gente.. -

Un escalofrío me invade y sigo caminando por el pasillo.